Los vecinos asumieron que Isabel Rivera Molina había sido internada en una institución de salud mental en 2004.
En los últimos años se han registrado en España un número creciente de casos de personas, en su mayoría de edad avanzada, que han fallecido sin que nadie se haya percatado de su muerte desde hace años, y uno de los mayores retrasos se produjo la semana pasada en el barrio madrileño de Ciudad Lineal.
Isabel Rivera Molina fue vista con vida por sus vecinos en la calle José del Hierro en septiembre de 2004, pero su cuerpo momificado no fue descubierto por la Policía Nacional en el baño de su casa hasta la semana pasada. Los científicos forenses creen que llevaba muerta aproximadamente 15 años sin que nadie hubiera dado la alarma sobre su desaparición.
Se cree que la Sra. Rivera Molina murió por causas naturales, pero su cadáver fue encontrado sólo después de que un pariente informó que no había podido establecer su paradero. Curiosamente, lo último que algunos vecinos recuerdan de ella es cuando tiró un televisor desde su balcón, y dicen que se deprimió después de la muerte de su pareja a largo plazo: algunos asumieron que su familia la había internado en una institución de salud mental.
Pero cuando los policías llegaron a su casa en el segundo piso, no pudieron entrar porque la puerta estaba cerrada por dentro, y al final llamaron a los bomberos para que entraran por una terraza donde se había dejado una ventana medio abierta.
En cuanto a la forma en que el cuerpo no se descompuso, la circunstancia en que murió Isabel Rivera Molina explica que la humedad en el baño fuera contrarrestada por la corriente de ventilación.
Otros casos de esta naturaleza incluyen la muerte de una mujer ucraniana en Vitoria, donde su cuerpo fue encontrado el pasado otoño después de que se cree que falleció en 2010, y este tipo de desafortunado descubrimiento ha sido interpretado por algunos como una advertencia de que el fenómeno social de los individuos que viven completamente aislados de las comunidades que les rodean se está volviendo cada vez más común. Observadores sociales advierten que casos como este se deben a las actitudes cada vez más individualistas de los habitantes de las grandes ciudades en la actualidad, que llevan a que las personas mayores sean ignoradas y eventualmente aisladas, y algunos científicos forenses creen que poco a poco la investigación de más muertes como la de Isabel Rivera Molina se convertirá en una parte importante de su trabajo.
