Deshidratación

Deshidratación, Qué Es y Cómo Detectarla

¿Qué es la deshidratación?

La deshidratación es la pérdida de agua y sales minerales que puede resultar por:

  • Una reducción en el consumo teniendo las pérdidas normales por la deposición y la orina.
  • Excesivas pérdidas continuas con o sin el consumo usual.
  • Una combinación de estos dos mecanismos.

Qué provoca la deshidratación

Las excesivas pérdidas que llevan a la deshidratación pueden tener causas diferentes, como son la diarrea, la cetoacidosis diabética, la estenosis pilórica, el ejercicio, la insolación. Sin embargo, independientemente de las causas de la pérdida de agua y minerales por el organismo, todas pueden recibir tratamientos similares eficaces.

El agua

El agua es el componente más abundante del cuerpo, constituye cerca del 60 por ciento del peso corporal en un adulto y hasta el 70 por ciento a 80 por ciento del peso de un recién nacido o un prematuro respectivamente. El agua se distribuye en el organismo en dos compartimentos: intracelular y extracelular. El líquido extracelular que constituye el líquido intravascular y el líquido intersticial (extravascular), contiene cerca de la tercera parte del agua corporal total y el líquido intracelular que como su nombre lo dice está constituido por el líquido qué hay dentro de las células del cuerpo, sería la diferencia entre el agua corporal total y el líquido extracelular.

Qué nos ayuda a evitar la deshidratación

Para el mantenimiento del agua corporal y las diferentes funciones fisiológicas son muy importantes las sales minerales (electrolitos): sodio (Na), potasio (K), cloro (Cl). El Na es el principal catión extracelular, y el cloruro y el bicarbonato son los principales aniones extracelulares; el K es el principal catión intracelular y los principales aniones intracelulares son los fosfatos y las proteínas.

Tipos de deshidratación

Los niveles de agua y sodio en el organismo están en equilibrio y siguen una dinámica particular para mantener la adecuada tonicidad tanto extracelular como intracelular. Los niveles de sodio en los pacientes deshidratados pueden ser normales, elevados o bajos de acuerdo con las pérdidas relativas de agua y sodio, y es así que la deshidratación se ha clasificado en tres tipos:

  1. Deshidratación isonatrémica: ocurre cuando las pérdidas de agua y sodio están en equilibrio, los niveles plasmáticos de sodio son normales y sus valores se encuentran entre 130 – 150 mEq/L.
  2. Deshidratación hipernatrémica: se produce cuando las pérdidas de agua superan las de sodio o se ha administrado un exceso de sodio y los valores plasmáticos de este electrolito son mayores de 150 mEq/L; este aumento del sodio extracelular aumenta la osmolaridad plasmática provocando un movimiento de agua del compartimento intracelular al extracelular para equilibrar este aumento de tonicidad, en consecuencia se compensaría parcialmente el volumen intravascular pero se provocaría una “deshidratación intracelular”.
  3. Deshidratación hiponatrémica: ocurre cuando las pérdidas de sodio exceden las pérdidas de agua o cuando durante el proceso de hidratación se ha administrado mayor porcentaje de agua. Esto se traduce en una hipotonicidad extracelular que para compensarla fisiológicamente se produce un movimiento de agua del compartimento extracelular al intracelular, lo que provoca una “sobrehidratación celular”.

Esta clasificación es de gran importancia, ya que va a determinar las diferentes manifestaciones clínicas y el enfoque terapéutico. Hay que aclarar que los cambios en la tonicidad plasmática no siempre corresponden a cambios en la concentración del sodio, por ejemplo en la cetoacidosis diabética el sodio se puede encontrar bajo pero el plasma puede ser hipertónico por el aumento de la concentración de glucosa.

¿Cómo se puede determinar la severidad de la deshidratación?

Por los signos y síntomas clínicos podemos determinar el grado o severidad de la deshidratación, un parámetro muy objetivo es el cambio en el peso corporal si se tiene conocimiento del peso previo. La deshidratación puede ser leve, moderada o severa.

  • Deshidratación leve: corresponde a una pérdida en agua del 3 por ciento al 5 por ciento del peso corporal. En general los signos y síntomas son muy discretos, no hay compromiso de la frecuencia cardiaca o la tensión arterial, la mucosa oral se encuentra algo seca y el paciente presenta sed; puede haber una disminución del volumen urinario. En el caso de los recién nacidos la fontanela se encuentra normotensa.
  • Deshidratación moderada: corresponde a una pérdida del 6 por ciento al 9 por ciento del peso corporal. Los signos y síntomas se hacen más evidentes; se encuentra aumento de la frecuencia cardiaca, los pulsos están disminuidos aunque la tensión arterial se encuentra conservada, disminuye la turgencia de la piel, la mucosa oral se encuentra seca, los globos oculares se observan hundidos, hay disminución de la diuresis y el niño puede estar decaído y sediento; hay disminución en la velocidad del llenado capilar. En los recién nacidos se puede observar la fontanela deprimida y llanto sin lágrimas.
  • Deshidratación severa: corresponde a la pérdida de más del 10 por ciento del peso corporal. El paciente se encuentra en choque hemodinámico con hipotensión arterial, taquicardia y disminución de los pulsos; las mucosas están secas, hay pérdida importante del tono del globo ocular, las extremidades se observan frías y moteadas, puede haber compromiso del estado de conciencia y el paciente se encuentra letárgico o comatoso; hay compromiso importante del gasto urinario. En el recién nacido la fontanela se observa muy deprimida y la pérdida de la turgencia de la piel es tan importante que se puede dejar un pliegue.
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