Descenso del Sella

Historia del Descenso del Sella: Una Tradición Asturiana

Cada primer sábado de agosto, las tranquilas aguas del río Sella, en Asturias, se transforman en el escenario de una vibrante competición que atrae a palistas de todo el mundo. Este evento, conocido como el Descenso Internacional del Sella, combina deporte, tradición y fiesta de una manera que solo Asturias sabe ofrecer. Pero, ¿cómo comenzó esta famosa competición? Sumérgete en la historia y la evolución de este emblemático evento.

Orígenes deportivos y culturales

La historia del Descenso del Sella se remonta a 1929. La idea original surgió de Dionisio de la Huerta, junto con un grupo de amigos amantes del piragüismo, quienes decidieron organizar una pequeña competición de canoas entre Arriondas y Ribadesella. Lo que empezó como una aventura entre amigos, rápidamente captó el interés de la comunidad y comenzó a ganar popularidad.

En los primeros años, el descenso era una prueba meramente recreativa sin muchas normas y con un marcado carácter local. Sin embargo, la competición fue evolucionando con el paso de los años, aumentando tanto en participación como en organización. En 1931 se establecieron las primeras reglas y se oficializó el recorrido, que tiene una longitud de aproximadamente 20 kilómetros.

Consolidación del evento

A lo largo de los años 40 y 50, el Descenso del Sella en Asturias comenzó a consolidarse como un evento de importancia en el calendario deportivo español. A pesar de las dificultades impuestas por el contexto histórico de la postguerra, el evento continuó celebrándose anualmente, atrayendo a más competidores cada año. En 1951, se internacionalizó con la participación de palistas de fuera de España, marcando un hito en la historia del descenso.

La década de los 60 y 70 fue testigo de un crecimiento exponencial en la popularidad del Descenso. La competición empezó a atraer a deportistas de élite y equipos de todo el mundo, consolidándose como una cita ineludible para los aficionados al piragüismo.

El festival del piragüismo

Con el tiempo, el Descenso del Sella trascendió el ámbito puramente deportivo para convertirse en una festividad que celebra la cultura asturiana. Acompañando al evento deportivo, se celebra la «Fiesta de las Piraguas», que incluye actos como el tradicional desfile de piraguas, música en directo, bailes y mucha sidra.

La ceremonia de apertura es otro de los momentos destacados, donde se realiza el «sellado de las aguas», un acto simbólico que une las aguas de los ríos Piloña, Sella y Chicu con las del río Deva en Cantabria. Este ritual subraya la hermandad y la unión entre las comunidades.

Impacto y significado actual

Hoy en día, el Descenso del Sella en canoa no solo es un evento deportivo de renombre internacional, sino también un motor económico y turístico para la región. Cada año, miles de visitantes se dan cita en Asturias para vivir esta festividad, generando un significativo impacto en la economía local. Los hoteles, restaurantes y negocios de la zona se benefician enormemente de la afluencia de gente, muchos de los cuales repiten año tras año, enamorados del ambiente y la belleza del paisaje asturiano.

El Descenso también ha servido como plataforma para promover otros aspectos de la cultura asturiana, incluyendo su gastronomía, música y tradiciones. El evento ha sido clave en la promoción del turismo sostenible y el deporte al aire libre en la región.

Desde su humilde inicio hasta convertirse en un evento de fama mundial, el Descenso del Sella es un testimonio del espíritu de Asturias, una tierra que acoge con entusiasmo a todos los que desean compartir su cultura y su pasión por el deporte. Este evento no solo es una competición, sino una celebración de la vida, la amistad y la naturaleza, manteniendo vivas las tradiciones que lo vieron nacer. Así, cada año, el primer sábado de agosto, el río Sella se convierte en un hervidero de actividad que subraya la rica herencia cultural y deportiva de Asturias.

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